Pero, ¿por qué un huevo? Bueno, básicamente porque este elemento matiza el simbolismo de la renovacion constante de la naturaleza o el renacimiento. Por otra parte, el huevo cósmico proviene inicialmente del término Brahmanda, el cuál aparece en algunas escrituras en la lengua clásica de la India (sánscrito) que significa "Cosmos en forma de huevo".
Existen diversas leyendas e historias de diferentes pueblos tales como los egipcios, griegos, celtas, tibetanos, fenicios y japoneses que utilizan como protagonista o representación al huevo. Sin embargo, yo me voy a centrar en el mito chino sobre el origen del todo.
A continuación, se presenta la leyenda de Pangu y el huevo cósmico.
Los antiguos chinos creían que en el principio del todo, solo existía un montón de caos, el cual se refiere al estado en el que se encuentra la materia previa a la existencia del mundo tal y como lo conocemos hoy en día y del que surgen unas fuerzas que organizan lo que llamamos el cosmos. Con el paso de los años, esta masa se fue comprimiendo hasta formar un perfecto huevo en donde una gigantesca forma de vida comenzó a gestarse. Se refiere a Pangu, un ser mitológico chino quien fue creciendo y creciendo nada más acompañado por el feroz caos dentro del huevo.
Durante todo este proceso (que duró casi 18000 años) los principios opuestos , pero complementarios, del Yin y el Yang fueron surgiendo y desarrollándose hasta llegar a un perfecto equilibrio entre ambas dándo lugar al despertar del gigante. Pangu, desesperado por no ver nada más que desorden, decide estirarse lo más que puede hasta que por fin, rompe el huevo cósmico.
Tras este acto, nuestra entidad siente que su propósito de vivir es crear el universo y nuestro mundo, por lo que toma su colosal hacha y divide el Yin del Yang, dándo lugar así a lo femenino, la tierra, la noche, la oscuridad, el frío (Yin) y lo masculino, el cielo, el día, la luz, el calor (Yang). Pangu debía mantenerlas separadas empujando los cielos para arriba y la tierra para abajo tomándole otros 18000 años de su vida durante la cual a medida que él crecía, el mundo se iba expandiendo cada vez más y más. Sin embargo, con el paso del tiempo el gigante fue perdiendo fuerzas y energía, por lo que, al terminar su tarea de creación, va cayendo en un profundo y eterno sueño (llevándolo lentamente a su muerte).
Es por esto, que el creador, luego de padecer, sacrifica todo su cuerpo para enriquecer el mundo recién nacido y hacerlo hermoso y vivaz.
De su aliento y respiración surgen las nubes y vientos, de su temible y potente voz los truenos, su ojos se alzan a los cielos y se convierten en el sol (el izquierdo) y la luna (el derecho); su musculoso cuerpo da lugar a las montañas, tierras y continentes mientras que su larga cabellera se transforma en fondosos bosques; su sangre en los ríos y mares, el bello facial en las estrellas y Vía Láctea; sus dientes y huesos terminan siendo minerales de valor, jade y perlas por lo que su sudor pasa a ser la lluvia y las pequeñas criaturas que poblablan su cuerpo llevadas por el viento, somos nosotros, los seres humanos.
Como te puedes dar cuenta, existe una conocida teoría científica equivalente a este mito chino. Me refiero al Big Bang. Se podría decir que los antiguos chinos se adelantaron a esta hipótesis de Georges Lemaitre, quien propuso en 1927 que el Universo se había iniciado con una gran explosión a partir de un estado de masa concentrada en un punto de alta temperatura, en este caso, el despertar de Pangu dentro del caótico huevo cósmico.
https://santuariodelalba.wordpress.com/2016/01/05/el-mito-del-huevo-cosmico/
Durante todo este proceso (que duró casi 18000 años) los principios opuestos , pero complementarios, del Yin y el Yang fueron surgiendo y desarrollándose hasta llegar a un perfecto equilibrio entre ambas dándo lugar al despertar del gigante. Pangu, desesperado por no ver nada más que desorden, decide estirarse lo más que puede hasta que por fin, rompe el huevo cósmico.
Tras este acto, nuestra entidad siente que su propósito de vivir es crear el universo y nuestro mundo, por lo que toma su colosal hacha y divide el Yin del Yang, dándo lugar así a lo femenino, la tierra, la noche, la oscuridad, el frío (Yin) y lo masculino, el cielo, el día, la luz, el calor (Yang). Pangu debía mantenerlas separadas empujando los cielos para arriba y la tierra para abajo tomándole otros 18000 años de su vida durante la cual a medida que él crecía, el mundo se iba expandiendo cada vez más y más. Sin embargo, con el paso del tiempo el gigante fue perdiendo fuerzas y energía, por lo que, al terminar su tarea de creación, va cayendo en un profundo y eterno sueño (llevándolo lentamente a su muerte).
De su aliento y respiración surgen las nubes y vientos, de su temible y potente voz los truenos, su ojos se alzan a los cielos y se convierten en el sol (el izquierdo) y la luna (el derecho); su musculoso cuerpo da lugar a las montañas, tierras y continentes mientras que su larga cabellera se transforma en fondosos bosques; su sangre en los ríos y mares, el bello facial en las estrellas y Vía Láctea; sus dientes y huesos terminan siendo minerales de valor, jade y perlas por lo que su sudor pasa a ser la lluvia y las pequeñas criaturas que poblablan su cuerpo llevadas por el viento, somos nosotros, los seres humanos.
Como te puedes dar cuenta, existe una conocida teoría científica equivalente a este mito chino. Me refiero al Big Bang. Se podría decir que los antiguos chinos se adelantaron a esta hipótesis de Georges Lemaitre, quien propuso en 1927 que el Universo se había iniciado con una gran explosión a partir de un estado de masa concentrada en un punto de alta temperatura, en este caso, el despertar de Pangu dentro del caótico huevo cósmico.
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